Nº. Tres. Julio 2015








Entradilla


Volver a agradecer la atención que dispensáis a Sin pretensiones. 
Muchas gracias a todos los que colaboráis desinteresadamente
con aportes e iniciativas.

En este número tres,
 que esperamos sea de vuestro agrado, 
publicamos algunos poemas de Jesús Lizano, 
modesto homenaje a un poco conocido 
poeta con mayúsculas.

Inauguramos un nuevo espacio 
dedicado a la poesía y relatos del Baúl de los Sentimientos, 
desinteresado proyecto solidario de Antonio López Molina.

Y para rematar cada número 
un espacio dedicado a la poesía japonesa 
al que invitamos a participar a todos. 

Aparte recordaros que queda espacio 
para vuestros poemas, escritos 
y cualquier otra  manifestación cultural. 
También serán bien recibidas las sugerencias
 para mejorar y hacer lo más agradable posible 
Sin pretensiones.

Muchas gracias
Un saludo 

Miguel Ángel








Victoria Luengo París


Enano travieso

Ignorancia prepotente

Aguardando la dicha

Ternura compartida


























Entrevista anónima remitida al correo de Sin pretensiones. 

El personaje puso como condición mantener el anonimato y el entrevistador para no hacerle de menos mantiene el suyo.

X charla con Y

X— ¿Paseamos?

Y— Pasear fue el gran descubrimiento burgués para encontrarse con lo que consideraban el campo civilizado sin los problemas del campo. No hay pueblo o ciudad, que se precie de serlo, que no tenga su lugar común para pasear.
Más adelante se generalizó entre las clases más bajas de la sociedad por ser entretenimiento sin costo.

X— ¿Acompañado o solitario?

Y—Peliaguda cuestión.

Pasear en solitario por el lugar de paseo común puede dar lugar a que sientan lastima por tu soledad o que te consideren un insocial. Pero si lo haces acompañado puede ser considerado una provocación y más si quien te acompaña es desconocido para los demás paseantes; puede originar la indiferencia y hasta la “muerte” social. 

X— ¿Le preocupa el aislamiento social?

Y— En absoluto. Preocuparse de lo que digan o hagan los demás hace perder un tiempo precioso e irrecuperable para ocuparse de las cosas importantes de la vida. 

Además, más que pasear por alamedas civilizadas, me interesa caminar por los vericuetos no civilizados de la tierra y de las personas.

X— ¿Las personas se pueden caminar?

Y— Descubrir, conocer lo importante de las personas es un arduo camino en el que estamos desde que dejamos de ser monos. 

Contestando a su pregunta: sí, se puede caminar a las personas, es lo que hacemos cuando nos interesamos por conocer la verdad intelectual o sentimental de los otros. 

Y el caminar a los demás lleva consigo que ellos caminen por nuestra inteligencia y emociones.

X— ¿Podríamos decir, que Vd. y yo nos estamos caminando?

Y— Es posible. Empezamos paseando y nos hemos salido de la senda de lo convencional, hemos abandonado la alameda para entrar en lo desconocido, Vd. intenta entrar en lo desconocido de mi pensamiento. Aunque quizás no tenga muy claro si le interesa caminar por el o que paseemos por lo convencional. 

X— ¿Qué es lo convencional?

Y— Lo fácil sería decirle que es la rutina, tener un trabajo, vivir bajo unas normas que, sin gustarnos, acatamos y lo difícil sería decirle que no tengo ni idea de lo que es porque nunca me paré a pensar en ello. 

Quizás sea lo que hacen los demás que yo no hago. 

X— ¿Qué hace a Vd. diferente a los demás?

Y— Todo. 

X—Estamos sentados en una terraza como hace todo el mundo ¿Y me dice que todo lo que hace es diferente?

Y— Sí, todo lo que hago es diferente. Por si no se ha dado cuenta, le hago notar que son las cinco y media de la madrugada, el bar está cerrado, Vd. tiembla de frío y la pareja que se acerca preguntara qué hacemos  a estas horas en este paraje perdido.  

(X—Nos interrumpe la Guardia Civil, pide que nos identifiquemos y por supuesto pregunta qué hacemos allí a horas tan inadecuadas.)

X— ¿Le parece bien si continuamos en otro momento “caminándonos”?

Y— ¿Me permite que la invite a tomar un café en la civilización convencional?

X—Por supuesto. 



X— Después de tomar café en el área de servicio de la autopista nos despedimos.

La charla del café… es confidencial.







http://el-bauldelossentimientos.blogspot.com.es/





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Relato



El mar, reflejo de su corazón



En un pequeño pueblo de la costa vivía Mark, un marinero jubilado, que se dedicaba a otra gran pasión –La pintura- Durante muchos años, se dedicó a viajar de mar en mar, de océano en océano, conociendo el mundo y sus gentes. Pero en estos momentos de su vida, pintaba, era lo que de verdad le apetecía hacer, pero sobre todo, porqué en aquel instante era lo más importante que estaba haciendo en su vida.

Después de todo lo que pasó, la vida era una propina, había cambiado su rutina, y su manera de ver este azar, de andar siempre en la cuerda floja. Su única preocupación, era ser “feliz” todo lo que pudiera.

Aquel amanecer impresionante –Mark- cogió su caballete y su maletín de pinturas, un equipaje suficiente para hallar la felicidad; y se dirigió hacia la orilla del mar. El horizonte estaba azul claro, revoloteando una gaviota… Y una vez más el mar fue reflejo de su corazón, pues muchas veces, le vio llorar.

Mark cogió la paleta, con un gran abanico de colores y con el pincel como si se tratara de una “batuta” de música, acariciaba los colores y los y los plasmaba en el lienzo. Blanco, azul, verde, amarillo, rojo, negro, morado… Un arcoíris de hermosura, belleza y luz, creaban felices imágenes de su vida. El mar invadía la paleta y el cielo azul, le devolvió su secreto.

En su pensamiento siempre su amada Alma… Del bolsillo de su chaqueta, sacó una piedra en forma de corazón, entonces recordó, que perdió en el camino lo que más amó… Mark siempre firmaba sus cuadros con un pequeño corazón. Los que le conocían sabían su secreto. Esa piedra se la regalo –Alma- como prueba de su apasionado amor. Para Mark, era un verdadero tesoro, era el último regalo que recibió de su esposa, antes de fallecer tras una larga enfermedad.

La vida había sido injusta, le arrebató lo que más amaba. Los ojos verdes de Mark, se humedecieron. El sentido de la vida es sentirla intensamente. Mark, desde su vejez pensaba que, lo que le colmaba, era todo aquello que pudo darle la vida, y también lo que le dio y supo recibir con gozo y felicidad, pero sobre todo, lo que decoraba su espíritu era en todo el amor recibido.

Mark pensaba que la felicidad consistía, en tomar con alegría lo que la vida te ofrecía, y en soltar con la misma alegría, lo que la vida te quita. Por eso en estos momentos pintar, era lo más importante que estaba haciendo en su vida.

Jana


http://el-bauldelossentimientos.blogspot.com.es/










Antonio (Oswen) el amigo, 
todo corazón, 
que dice no saber escribir 
y que esperemos no aprenda… 
para que nos siga haciendo pensar 
y sentir con sus palabras.

Gracias








EL MISTERIO DEL BOSQUE DE LOS ÁRBOLES TORCIDOS EN POLONIA

























En las noticias del mes pasado puse un enlace, de la sección cultural del diario ABC de España, sobre la muerte de Jesús Lizano, de la que también se hicieron eco en algún programa cultural de televisión y radio de poca audiencia. No encontré más referencias en la prensa escrita de más tirada y mucho menos en los telediarios de mayor audiencia. 

Debe ser que lo realmente importante en esta vida es ser uno mismo y vivir como mejor da a entender la propia inteligencia y el corazón. De esto Jesús Lizano tuvo excedente y lo que no le reconoció la intelectualidad oficial, mucho menos las autoridades, se lo reconocemos los que leemos y sentimos sus poemas.

Algunos le incluyen en la generación española de los cincuenta del siglo XX cosa que a él posiblemente le importaba poco, si es que le importaban las calificaciones y premios. No se le puede adscribir  ni relacionar con ningún grupo poético y si acaso sería en el grupo “Jesús Lizano”  libre, único e irrepetible.

Aquí os dejo cuatro de sus poemas y dos enlaces: el primero  a un archivo que recopila toda su obra y el segundo a un video en el que recita su poema “Las personas curvas”. 

Un gran poeta, buena persona y siempre fiel a sus principios.

Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)









El alma


Llego a casa,
oigo música;
me doy cuenta
de que esa música
es mi alma.
Pienso que los sentidos
son las ventanas
por donde entra
el alma,
que el alma
es todo lo que vive
y nos abraza
y penetra.
Voy al puerto,
veo el mar
y el mar
es mi alma,
entra por mis ojos
y me transforma,
se posesiona de mí
y el mar
es mi alma.
Me abrazan y me besan
y hay música,
hay fiesta
en donde no había nada.
No está dentro
el alma:
¡afuera! ¡afuera
vive y multiplica sus alas!
Así que salgo de casa
y voy a encontrar el alma
por las calles.
Y la calle
es el alma.
¡Ah, sensibilísima mente!:
lago para los cisnes,
tarde para los adagios,
espejo para las pirámides,
cielo para los pájaros,
llanura para las gacelas,
templo para el alma.
¡Abrid, abrid las ventanas!
¡Ella viene, ella se aposenta,
ella inunda y ella danza!
¡Limpiad la mente de espejos,
de órdenes, de programas!
¡Bien libres sus espacios!
Qué aurora
cuando la mente se desnuda
y recibe el alma.
Por fin, se cierran los sentidos,
se cierran las ventanas
¿lo comprendéis? y el ser
se descompone y acaba.
Y los guardianes y los ruidos,
las aves sanguinarias,
las trampas,
los que nos cierran las ventanas:
¡esos son
los enemigos del alma!
El alma es el fantasma:
¡dejad que viva el fantasma!
Y no ponedle nombres,
ni códigos, ni máscaras.
¡Ese fantasma
es el que sueña, el que baila,
el que canta!
¡Yo veo fantasmas!

Jesús Lizano







Jacarandas





  





ESPEJOS


"Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".
Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

Aquellas manos estaban ceñidas a la caña, sobre la superficie del río, bailoteaba un corcho. Eran las mismas manos que quebraron el espejo de agua, con la intención de liberar demonios. Seres atrapados tras ese espejo ribereño.

Sobre la superficie del río se empezó a perfilar una figura, que por momentos tenía rasgos humanos. Pero la imagen era difusa y estaba invertida. El ondular del agua la distorsionaba.

Por alguna razón vino a mi mente el lado oscuro de la luna. Tal vez por lo siniestro de la imagen. Que se corporizo y empezó a caminar patas para arriba debajo del agua. Tenía un aspecto viscoso y ojos de serpiente.

Era clara su lucha por escapar del espejo que lo mantenía encerrado.

Fue entonces cuando comprendí el por qué de mi aversión a los espejos, por qué en casa no había ninguno.

Me preguntaba, por qué en ese día tan especial, en el que pensaba nadar más que nunca, debía encontrarme con este ser. No me dejaría engatusar por esas pesadillas que más de una vez me sorprenden despierto, nada estropearía este día.

Me saqué la ropa, me zambullí y olvidé a la criatura. Mi cuerpo se sumergió hasta lo profundo, era demasiado tarde para echarme atrás.

Algo me retenía allí abajo, la superficie cada vez se veía más lejana. Me encontraba en el centro de un aro luminoso, en el cielo marino y por alguna razón inexplicable no me ahogué.
No sé cuánto tiempo pasó. Esa energía especial era un imán, y parecía no tener fin. Esa luz enceguecedora me llenaba de paz.

Me sentía atrapado entre dos dimensiones. Y una voz interior me advertía, que debía hallar el modo de volver al punto de partida.

Pero, ¿cómo?

Ni siquiera sabía dónde estaba. La fascinación era muy fuerte, pero el instinto me advertía peligro. Era imperioso huir, antes de que fuera demasiado tarde.

La luz se apagó, la energía que me tragaba desapareció, todo se volvió quietud y negrura. Era como si el alma se me hubiera volado.

Confusión y letargo.

Desperté temblando, estaba empapado, no lograba recordar cómo llegué a la orilla.

Sólo deseaba regresar a casa.

Flashes de la experiencia vivida, me resultan inquietantes e inexplicables.

Nunca imaginé que me tranquilizaría el asfalto, la gente, el bullicio de la ciudad. Tanto que logré sonreír, sintiéndome a salvo. Pensé que había sido víctima de una jugarreta de mi mente.

Me encandilaban las luces de los autos, las vidrieras con sus marquesinas.

Era raro, nadie parecía notar mi presencia…

Me detuve en un negocio para ver mi aspecto y entonces descubrí que algo andaba muy mal. Los carteles comerciales, las ofertas, las numeraciones y hasta las placas de identificación de los vendedores estaban invertidos, como si las viera en un espejo.

La cabeza me da vueltas, me apoyo en la vidriera para no caer. No puedo evitar el grito, al ver mi mano y mi imagen, reflejadas al revés.

Estoy atrapado en el espejo, tras esa puerta transparente, sin picaportes, pasadores, bisagras o cerraduras.

Debo tranquilizarme. Miro hacia arriba, veo aquellas manos ceñidas a la caña, sobre la superficie del río, bailotea un corcho.

Y comprendo todo, sólo él tiene las llaves del espejo.

Alejandra Arqués Arranz











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Elaboración y contenido

Mary Carmen Vidondo
Miguel Ángel S. L.


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Edición y formato

@ Miguel Ángel S. L. (Ángel Saguar)
Julio 2015









 







































































































































































 




















































1 comentario:

  1. No hay 2 sin 3, y mejorando ¿cómo no?. Felicitaciones mi querido "poetiso", ya te vuelvo a tener entre mis entretelas.

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